La idea de que el arte es una mera frivolidad no es algo poco común. Lamentablemente, es una visión que persiste en todos los niveles de la sociedad, desde la clase trabajadora hasta los líderes gubernamentales y los capitanes de la industria. Sin embargo, no se puede negar que el deseo de expresarse y ser escuchado sigue siendo fundamental para la experiencia humana. Por un lado, el consumo de medios de comunicación está en su punto más alto, lo que demuestra una demanda real de cultura, incluso si las personas que la consumen no lo ven así.
La realidad es que el arte es una parte fundamental del ser humano, que trasciende culturas y tiempos, desafiando tanto la ignorancia como las tendencias a restarle importancia. Sea como fuere, existen barreras económicas que impiden a las personas relacionarse con él como creadores y apreciadores.
¿Por qué el arte cuesta tanto?
Al fin y al cabo, quienes quieren crear crearán, incluso en ausencia de apreciadores o de la lógica del mercado. En cambio, quienes simplemente quieren disfrutar del arte original pueden tener problemas para acceder al tipo de arte que les gusta si carecen de dinero o de contactos.
Nadie niega que el arte tiene valor y que hay que pagar por él. Los artistas deben disfrutar de un nivel de vida similar al de otros trabajadores con habilidades raras y valiosas. Sin embargo, los sistemas actuales de distribución del arte no siempre les proporcionan lo que les corresponde. Al mismo tiempo, los amantes del arte menos favorecidos tienen muchas menos opciones que sus homólogos más ricos. Si el arte es parte de lo que nos hace humanos, entonces, sin duda, tal situación puede considerarse deshumanizante.
Razones por las que tiene sentido democratizar el arte
Contrariamente a lo que algunos podrían creer, hacer que el arte sea más asequible y accesible puede beneficiar tanto a los artistas como a la comunidad en general. Un cambio social en el que las personas no tengan que debatir consigo mismas si comprar el arte impresiones de arte El amor vale la pena por no poder comer o pagar el alquiler es algo que probablemente podamos aceptar. Un acceso más amplio al arte y precios más bajos ofrecen a la sociedad múltiples beneficios:
1. Un mejor acceso apoya a los artistas emergentes desde la base
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Hacer que el arte original sea más accesible y asequible beneficia directamente a los artistas emergentes, en particular a aquellos que no tienen conexiones con las galerías y los coleccionistas tradicionales. Crear más vías para que estos creadores muestren su talento debería aumentar su visibilidad y ayudarlos a ganarse la vida con su trabajo. A su vez, los precios asequibles deberían permitir que los coleccionistas y entusiastas en ciernes participen, creando una audiencia más amplia para estas voces emergentes y garantizando que el arte no esté monopolizado por unas pocas élites.
2. Desafía el elitismo artístico
El alto costo del arte ha reforzado una situación de larga data en la que sólo los ricos pueden permitirse comprar y disfrutar de las bellas artes. Hacer que el arte sea más asequible permite desafiar esta exclusividad y acercarlo a quien lo aprecie. Esta democratización del arte necesariamente cuestionará la idea arraigada de que el arte (y la humanidad que representa) es sólo para unos pocos privilegiados.
3. El arte es fundamental para una economía dinámica
Además de apoyar a los artistas, un mercado del arte más asequible beneficia a toda la economía, creando un efecto dominó que apoya a varias industrias. Si bien las galerías, las exposiciones, los impresores y los curadores sin duda se beneficiarán, muchas otras empresas que apoyan también se beneficiarán.
Tomemos como ejemplo las impresiones artísticas. Cuando más personas compran impresiones artísticas, no solo se benefician los artistas, sino también los fabricantes de marcos para carteles. tiendas de arte en línea como DROOL Donde el arte está disponible, servicios logísticos especializados y todos los que hacen posible la entrega de arte a un precio asequible. Si alguien compra artículos relacionados con el arte, como un marco de acrílico para póster o marcos de fotos de neón, está apoyando a más artesanos y ayudándolos a participar en la economía en general. El resultado es una economía del arte más saludable y dinámica que no depende únicamente del mercado de alta gama.
4. El acceso al arte fomenta una mayor apreciación de las artes
Cuando el arte es más asequible y accesible, inevitablemente se produce una mayor participación y apreciación. Como se ha mencionado, el arte es parte del ser humano, y poner arte en más hogares y otros lugares donde pueda verse fomenta aún más su apreciación. Más importante aún, cuando las personas tienen la oportunidad de experimentar y poseer arte, este se convierte en una parte más importante de su identidad y comprensión del mundo, lo que nos lleva a lo que puede ser la razón más convincente para aumentar el acceso al arte.
5. Fomenta la innovación, la creatividad y la expresión artística en toda la sociedad.
Una base más amplia de coleccionistas de arte impulsa inevitablemente la innovación y la experimentación, no sólo en el arte en sí, sino también en otras disciplinas. Tener una cultura en la que se aliente a las personas a asumir más riesgos creativos sin verse limitadas por las presiones del mercado puede generar producciones más ricas y diversas en las artes y en otros ámbitos de la vida. Ya sea mediante la creación de arte directo o mediante proyectos interdisciplinarios colaborativos, mejorar la accesibilidad de las obras de arte ayuda a fomentar una visión positiva de las nuevas ideas y contribuye a un diálogo cultural más rico entre las sociedades.
Hacia un futuro donde el arte impulse la equidad y el empoderamiento
Hacer que el arte sea más asequible y accesible no se trata solo de bajar los precios, sino también de cambiar la manera en que nosotros y las personas que compartimos nuestras comunidades entendemos el arte. No se trata solo de imágenes bonitas, películas o música, sino de construir una economía más dinámica que valore la expresión y la innovación.
Al aumentar el acceso al arte, también generamos la próxima generación de artistas e innovadores, aunque no nos contemos entre ellos. Por lo tanto, tanto los trabajadores comunes como los responsables de las políticas deben considerar que unos mercados de arte más accesibles son un requisito para crear un mundo culturalmente rico en el que todos podamos vivir.